sábado, 9 de mayo de 2009

ARGELIA AYBAR, poeta interiorista.

Argelia Aybar, Santiago, República Dominicana. Crea una atmósfera serena, la cual adorna con elementos que les son familiares. Nos introduce en su mundo, el de los ángeles, sin sacarnos de nuestro universo particular humano y cotidiano.


Aybar no provoca, toca, seduce con sus versos. La serenidad de sus vivencias transporta al lector a una realidad espiritual, la que muchas veces se nos apaga o se atrofia por la veloz agitación de los afanes de la vida. Estamos ante una poesía espiritual sin ser mística, ante unos versos que evocan la vida interior de una mujer que expone con sus propias palabras cómo le toca el halo de lo trascendente.


Agua de soledad


Esta lluvia como en la espiral de los espejos,

caracolas de música inagotada,

labio que la nombra,

apenas eco de penumbra.

Suena, silueta viajera.

Agua.

Ángel que recorre formas en besos,

inmenso letargo de grises

con ansias de mí,

de esta nada redonda,

de este repetido aposento de sombras,

soplo de materia al final del barro,

navaja rasgando mis venas

para desangrar soledades.



Agua suspendida


La tarde es la lluvia.

Memoria que se funda en el agua.

Yo,

distante de mí,

girando en espacio líquido.

El sonido serpentea adentro,

cuarto vacío.

Un ojo traslúcido me perfora.

Soy un lirio debajo de este cielo

de agua suspendida.

Sólo mi barro está húmedo,

yo en verdad estoy seca.

Una sed subterránea me convoca

a la muerte,

a la que no recuerdo todavía,

a ese instante que olvidé

a orillas de ti.



Alas de cisnes


Esta desconocida forma ha invadido mi casa.

Soy la otra

bebiendo el vuelo de unas alas

de cisnes.

Han muertos las sombras.

Tus manos parieron el milagro:

el canto del lirio bajo el agua,

lejos de la muerte.



Sed de sombras


La luna lava su rostro en mí,

bebe mi sombras.

Ausencia es el Ángel que te habita,

olvido que te circunda.

Aleteas en mi vientre,

entonces mi sangre circula en tu geografía.

Cántame el invierno,

el cielo llora otros naufragios.

Sacúdeme y cálmame

para saberme al salvo.

Ángel del deseo,

claro canto de la destrucción,

líbame en tu transparencia,

germíname en ti eterna,

guarda tus enigmas para mi muerte.

Eres un solo cuerpo

en la sombría plenitud,

recuerdo de sangre que me invade los labios.



Anúnciame el alba


Todo dolor fluye en tu agua.

Tu alma líquida me mira sin pudor desde el fondo oscuro

de tu pozo.

De tu terca vigilia,

de tu clara batalla con la sombra,

de mi luz herida,

sólo queda el recuerdo.

Aquí estoy,

en espera de la señal de tu definitiva disolución

en la nada.

Yo aguardo por un tránsito.

Anúnciame el alba

que mis llagas solicitan como alivio.



Se me anticipa el mar


Se me anticipa el mar cuando te pienso.

Arcano rumor,

pájaro y ala.

Me callo.

Acaso permaneces.

Eres el límite de la luz.

Eres el innombrado.

Si me otorgas tu canto

resquebrajas mis carnes uniéndolas en misterios.

Eres el que sin ser siempre está.

De nuevo se me anticipa el mar

y sus gaviotas dolidas de vuelo.



Sosegadme, fuego


Sosegadme, fuego,

devastador de las criaturas

Vuelve cenizas a este Ángel

que me habita,

ave enloquecida reclamando vuelo.

Serena el ala en su se con tu voz

de rayo,

acércate silente con tu látigo invisible

y exorciza mi alcoba de hechizos

y fantasmas.

Crece en el ojo roedor de espantos,

destruye la presencia posesionada

en mi casa.

Relámpago alado,

cubre este silencio,

este extraño pájaro de ciudades

y asfaltos,

esta sal que me aridece.

Virginiza esta esperanza última,

esta sombra

volviendo a su origen.

Todo el dolor es para nombrarte.



Delirio, burbujas, soplo


Renaceré luz

vacía de silencios,

sólo tu latido dará fe de mi existir.

Regresaré azul, delirio,

burbujas,

soplo.

Destrozaré mi carne.

Vendré en el amanecer de tu principio.

De tu costado surgiré primera.

De tus ojos emergeré semilla,

inocencia.

me abnegarás con tu sonrisa.

Por las noches vestiré tus sueños.

Tu voz será mi carne.

Abandonaré mi forma,

me perderé en tu llama.

Seré la plenitud en tu copa,

seré lo eterno de tus instantes.



Huida de sombras


Huida de sombras.

El dolor escapa por la herida

en busca de incógnitas regiones.

Desde mi más íntimo cielo

como un crepitar de alas en calma

el dolor se cita en mí.

Todo calla.

Algo muere en mí cada minuto

en el insonoro tiempo de las aguas.

E blanco cirio expira.

El dolor me persigue

con su cifrada marcha.

También yo,

gota a gota,

me he fugado por la herida,

desangro la palabra.

Son tan largos los pasos

de la sombra,

tan lenta su sonrisa

estremecida de vuelo.

El puñal regresa sigiloso

y abre nuevas heridas

y desde mi más íntimo cielo

el dolor se empoza en mí.


Bibliografía activa: Estaciones del ángel, (2005); Desde La Sombra, Ediciones AMD, 1993. Elohim, Ediciones AMD, 1996.
 
Bibliografía pasiva: Bruno Rosario Candelier: El Movimiento Interiorista, Ateneo Insular, R. D., 1995. B. R. Candelier: La búsqueda de lo absoluto. Ateneo Insular, R. D., 1997. Danilo De Los Santos: Un País Llamado El Norte, R. D., 1999. B. R. Candelier: El Interiorismo, Ateneo Insular, R. D., 2001. Poemario a Los Ángeles, Grupo del Ateneo Insular, España, 2001. Enegildo Peña: La Poesía Contemporánea de Santiago, R. D., 2005. B. R. Candelier: El Ideal Interior, Ateneo Insular, R. D., 2005. B. R. Candelier: Sensibilidad metafísica y creación poética de Argelia Aybar, prólogo a Estaciones del Ángel.

Bibliografía Internet

http://www.palavreiros.org/festivalmundial/repdominicana/argeliaaybarmunoz.html

http://www.utesa.edu/SECI_UTESA/SECI_UTESA_2005/CurriESP/AybarNarrati.htm

http://www.rincondominicano.com/literatura/poesia/quehacerpoetico.php

http://homepages.nyu.edu/~jr132/Conferencia-RosaSilverio.htm (cita)

http://www.listin.com.do/antes/septiembre05/240905/ventana/ven1.htm

http://www.pucmmsti.edu.do/biblioteca/PDF/Publicaciones%20PUCMM-Bibliografia.pdf

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