jueves, 29 de octubre de 2009

LOS NOVÍSIMOS, Honduras, 2000.

marzo, 2000.

El sábado día tres del presente mes de marzo nos reunimos los jóvenes
interioristas de san Pedro Sula, Honduras, C.A., para tratar asuntos propios de
la vocación o pasión literaria.

Las inquietudes de los jóvenes escritores y poetas son esperanzadoras, ya que,
al ser estudiantes universitarios, están descubriendo su potencial como
creadores.

Algunos están leyendo a Borges, O. Paz, A. Machado, Sábato, Vallejo, etc.
Hablamos de la necesidad de la "intertextualidad" que emana de la lectura de
distintos autores de renombre. Hablamos de que el escritor/poeta debe ser
"obsesivo", es decir, disciplinado con la pluma, de hacer un poso de
conocimientos que luego reluzca en la creación del literato.

El conversatorio dio mucho de sí, pues no sólo hablamos de lo que pensaba cada
uno de los asistentes, sino que leímos las más recientes producciones en prosa y
en poesía. Alguno (Luis Velásquez) me recordó al primer Julio Adames en la
profundidad conceptual en la creación poética. Un joven prometedor, agudo y de
una impronta de hermetismo intelectual. Habrá de humanizar más sus versos para
que la emoción poética llegue al lector. Otoniel leyó también un bonito poema
sensible, con pinceladas modernistas, propia del novel escritor. Ricardo Tomé,
quien está comprendiendo el serio quehacer de la poesía, nos leyó dos de sus
poemas, cuyo estilo y brevedad están en consonancia con el dicho: "Lo lueno, si
breve, bueno dos veces".

Dilma Ponce, una Novicia, (¡sí, es posible, una novicia!) leyó un relato místico
que dejó a todos cautivados. No olvidemos a Santa Teresa de Jesús, a la primera
poetisa de América, Sor Leonor de Ovando; tampoco olvidemos a Sor Juana Inés,
etc. Ojalá que la incipiente monjita halle su cauce literario. Rebeca Mejía,
extrovertida y rompe moldes, está explorando el género que más le encaje, de
momento escribe en prosa, una prosa poética, diría, con escondrijos emocionales
que a cualquiera le rompen los sesos. Una promesa. Claudia Orellana ha sido
dotada por la naturaleza con un especial talento para la poesía. Su precoz
hondura poética le auguran, de seguir con disciplina en la composión poética, un
espacio en la literatura actual hondureña.

He aquí los nombres de LOS NOVÍSIMOS, fundados el 30 de septiembre del año 2000,
en san Pedro Sula, Honduras, Centro América.

1.- Luis Velásquez, poeta
2.- Ricardo Tomé, poeta
3.- Giovanni Rodríguez, poeta
4.- Rebeca Mejía, narradora
5.- Wilmer Rivera, poeta
6.- Claudia Orellana, poeta
7.- Antonio Vásquez, poeta
8.- Tedy Mendoza, poeta
9.- Dilma Ponce, narradora
10.- Murvin Andino, poeta
11.- Ludwig Weld, poeta
12.- Nadia Díaz, poeta
13.- Ivis Castro
14.- María Estela Almendárez, narradora
15.- Otoniel Natarén, poeta

Coordina este grupo el Padre Fausto Leonardo Henríquez, dominicano. En funciones
subcoordina el poeta Ramón Barrios.

Nota: en la actualidad, finales del año 2009, hasta donde yo tengo idea, pues les perdí la pista a muchos, continúan escribiendo con gran acierto los jóvenes Giovanni Rodríguez, Murvin Andino, Otoniel Nataren.

miércoles, 21 de octubre de 2009

GUSTAVO CAMPOS: “Desde el hospicio”.

GUSTAVO CAMPOS: “Desde el hospicio”. Editorial Nangg y Nell, San Pedro Sula, Honduras, 2008. La primera ráfaga de virulencia que surte “Desde el hospicio” trae una fuerte dosis de los poetas “malditos” franceses: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud. Esta afirmación se sostiene en el hecho de que el bardo se sitúa ante la vida y lo que acontece como un surfista que, aún sabiendo lo terrible de las olas, disfruta de todos los riesgos del mar, el de la muerte inclusive. Hay fieras que necesariamente devoran –“me alimento de poetas”, “Soy bestia: lanzo pecados”- a los de su especie para sobrevivir o, a la inversa, son devorados para alimentar a otras especies. Incluso los gusanos –“el animal muerto transpira voces”- necesitan de los muertos para, por lo menos, existir unos pocos días. Esta obra de Campos es un manifiesto de rebeldía, una declaración de la más cruda vivencia humana de dolor, soledad, rabia y sin sentido existencial o, si preferimos, de búsqueda de sentido. “Desde el hospicio” es un grito perverso de un artista dotado para decir lo que el mundo calla por vergüenza.

GIOVANNI RODRÍGUEZ, “Ficción hereje para lectores castos”.

GIOVANNI RODRÍGUEZ, “Ficción hereje para lectores castos”. Mimalapalabra editores, San Pedro Sula, Honduras, 2009. Es la primera novela de este connotado joven escritor catracho. La narración, limpia y suelta, lleva al lector hacia territorios poco frecuentados. La complicidad de unos jóvenes, burlones, libres, les permite acometer aventuras divertidas y a la vez provocadoras. El autor, a caballo entre la memoria adolescente y el garbo de la juventud, hilvana la trama de “Ficción hereje para lectores castos” con amplio conocimiento de aquello que narra. Es ficción, pero también realidad. Los hechos narrados, adobados satíricamente con la ironía, de alguna forma reflejan el universo religioso local hondureño. Esos hechos, en suma, se convierten en argamasa de la imaginación fictiva. Esta novela de Rodríguez no es herética en el sentido teologal, sino en el orden literario. Es decir, los personajes, socarronamente, ridiculizan a los «comerciantes de la fe» y desacralizan aquello que, para muchos, tiene un sentido y ocupa un lugar capital en su vida personal y de asociación religiosa. Las ronchas pueden salir si nuestra sensibilidad olvida que estamos ante una obra de ficción. No es una novela contra la fe cristiana, sino contra falsos modelos creados en torno a ella y contra los farsantes que la han convertido en fuente inagotable de lucro. Y, claro, a la hora de chapear el brocal, también recibe sus filazos la yerba buena. Una novela entretenida para leer con fruición, para crear opinión y discutir. A mi juicio “Ficción hereje para lectores castos” tiene el sino que tuvo la primera obra de Gabriel García Márquez, La hojarasca; o La Ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. Una comparación que no es odiosa si pensamos que el futuro de Rodríguez empezó a pasar de la ficción a la realidad.

Localización tierra natal, República Dominicana