Carmen Juan, Amar la herida. Edición de La Bella Varsovia, Córdoba, España,
2014. Esta joven autora nacida en Alicante en el año 1990, tiene voz propia y
un discurso libre. Libre porque habla sin recovecos, con limpidez. Amar la herida replica las pulsaciones
del dolor, el medio, las sombras y la muerte. Todo eso le sirve a la poeta para
amasar su poética. Ribetea sus versos con improntas de la adolescencia, la
juventud y de la mujer adulta, ésta más reflexiva y lírica. El poemario
adquiere su mejor momento en la sección “La herida”. Aquí, en mi opinión, es
donde la autora emplea con criterio la palabra. Es , en verdad, en esta parte donde
se atreve a arriesgar para explorar nuevas vetas en su oficio creador. Ella
descubre el “lenguaje de las bestias”, “la sangre a medio coagular de los
albatros”. Amar la herida es la
intención de superar la estocada, redimir el dolor, el miedo, las sombras. Amar la herida, sin idea masoquista, “porque
las cicatrices nuevas consienten […] las heridas jóvenes insisten”. Ese
hallazgo revela una profunda agudeza. Y solo por eso –habrá otros motivos, por
supuesto– este poemario merece se sostiene de pie. Carmen Juan en Amar la herida traza las coordenadas de
una historia, de un recuerdo, de un nombre que corta y causa daño. Ella ha
sabido conjurar la herida entre claroscuros, por eso su obra le ha merecido el
VII Premio de poesía Joven “Pablo García Baena”.
Mi gato
Hace 1 año
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