ENTRE LOS PUCHEROS
Entre los
pucheros. Bettsy Yhamile Narváez
Cárdenas. Poesía. Fundación Fernando Rielo. Madrid, 2013. Este poemario fue
galardonado con el XXXII Premio Mundial de Poesía Mística 2012. Entre los pucheros es una muestra
evidente de cómo en el trajín cotidiano se puede ser contemplativo en la
acción. Hay un hilo espiritual con el que la autora teje las tareas cotidianas
con la unión íntima con Dios. Nada queda fuera de cobertura sagrada, nada sin
una palabra de amor. Dios en todo y en todas las cosas para iluminarlas, darles
sentido, para elevar el alma de la poeta y para impulsarla a escribir los
versos guisados con tino y ternura mística. “Te busco en sin embargo, en estos
días, / aunque sea a tientas / Luz de mi corazón, / para sumergirme en tu
misterio y / susurrar: / te amo, te amo, te amo” (Portada). La autora es
ecuatoriana, profesora de literatura.
La poeta ha abierto un camino para una mística de lo sencillo, pero sobre todo para una poesía impregnada de gozo y vivencias diarias con un alto sentido de la unión cotidiana con Dios. En la poética de esta joven mujer no hay un ascenso hacia la unión con Dios, sino al contrario, ella halla a Dios, descendido, presente, cercano, en la horizontalidad de la vida diaria. Eso es lo que ella canta con belleza desbordante. Por ahí va su mística. La forma de decir con armonía su "unión horizontal" con el Señor le ha valido la distinción para ser considerada la autora de una obra con carácter mundial. Su mística es actual y testimonia cómo en nuestros días la persona puede orquestar la actividad que exige la cultura del estrés y la unión profunda con Dios, fuente de amor.
La poeta ha abierto un camino para una mística de lo sencillo, pero sobre todo para una poesía impregnada de gozo y vivencias diarias con un alto sentido de la unión cotidiana con Dios. En la poética de esta joven mujer no hay un ascenso hacia la unión con Dios, sino al contrario, ella halla a Dios, descendido, presente, cercano, en la horizontalidad de la vida diaria. Eso es lo que ella canta con belleza desbordante. Por ahí va su mística. La forma de decir con armonía su "unión horizontal" con el Señor le ha valido la distinción para ser considerada la autora de una obra con carácter mundial. Su mística es actual y testimonia cómo en nuestros días la persona puede orquestar la actividad que exige la cultura del estrés y la unión profunda con Dios, fuente de amor.
HOMBRE
HACIA DIOS
Hombre
hacia Dios. David Escobar Galindo.
Fundación Fernando Rielo. Madrid, 2013.
Este poemario recibió el XXXI Premio Mundial de
Poesía Mística Fernando Rielo, 2012. El autor, en contacto con la divinidad,
imbuido de asombro ante el misterio de Dios, va dejando destellos aquí y allá de sus más profundas intuiciones espirituales. “Qué pleno es no importar si Dios
existe, / porque está aquí de todos modos”. “Voy a confesarme con la neblina /
para comulgar con el rocío”. Hombre hacia
Dios desmonta las dudas con la evidencia divina. Dios se manifiesta
objetivamente, pero a veces la duda opaca la visión. El hombre puede ver cómo
Dios se abre en flor en cualquier ámbito de la realidad. Esta obra es,
ciertamente, una obra de calado interior. Es patente la madurez humana y
espiritual de su autor, el cual se atreve a robarle el fuego sagrado a la
divinidad. El autor es salvadoreño, doctor en derecho.
LA
MEMORIA SE CUALGA EN LOS BALCONES
La memoria
de cuelga en los balcones. Teodoro
Rubio Martín. Poesía. Pigmalión, Madrid, 2013. El poeta versifica con exquisita
y natural expresión su infancia, la memoria, los lazos familiares, la libertad.
Eugenio Montale va en esta línea. La poesía de Rubio abarca los sentimientos
universales que un hijo siente hacia los padres, pero también y sobre todo de
la madre hacia los hijos. Lo humano no le es ajeno a Rubio. Por eso escribe
como siente y su sentir es un sentir de artista. Esta condición tan humana
elevada al arte poético es lo que hace grande la obra de Rubio, y más bella la
vida. En La memoria…, se toca lo más
hondo de los sentimientos. Con razón mereció el Premio Juan Baños 2008.
DON DE LA
EBRIEDAD Y OTROS POEMAS
Don de
la ebriedad. Claudio Rodríguez.
Edición de Ángel L. Prieto de Paula. Editorial Marenostrum, Madrid, 2005. En el
primer verso dice el poeta: “Siempre la claridad viene del cielo; / es don: no
se halla entre las cosas”. Con esta luminosa intuición poética sorprende
Rodríguez al lector. Esta obra está catalogada como una de las más importantes
del siglo veinte en lengua española. De lectura obligada para todo poeta, sin
excepción.
El
FABULADOR (poesía reunida, 1977-2002).
El
Fabulador. José Enrique García es
poeta de oficio, como lo muestra su obra El
Fabulador. Este texto retrata la trayectoria de un observador de la
realidad, pero sobre todo de la subjetividad. En ella García refleja la amplitud de su imaginación, la constancia
de su compromiso con la palabra, con la vida misma. Sólo cuando se ha terminado
de leer la obra puede el lector apreciar la evolución de El Fabulador, o mejor, de quien fabula. A más experiencia, más acendrada y potente se vuelve
la palabra. Se la siente más pura, más auténtica. Tal vez por eso el vino bueno
se deja para el final.
POESÍA
SUECA CONTEMPORÁNEA
Poesía
sueca contemporánea. Edición y
traducción de Hebert Abimorad. Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 2012. Para
los que quieran entrar en un terreno desconocido o, si se quiere, infrecuente,
aquí tienen una interesante antología o muestra de poetas suecos. Se puede
adquirir en versión electrónica. Llama la atención de la muestra poética Bengt
Berg (1946) por su visionaria interpretación de los acontecimientos; Olle
Holmlöv (1944) por su porosidad poética hacia la naturaleza; Kennet Klemets
(1964) la creación de imágenes sensoriales de hechos comunes; Jörgen Lind
(1966) por su prosa poética y por su capacidad reflexiva; Hans-Evert Renerius
(1941) por sus aciertos con las imágenes poéticas; Rolf Zandén (1945) porque
piensa en imágenes. La antología, cuyos textos están impecables, pudo haber
sido más generosa en textos para poder apreciar mejor a los antologados. El
autor debió cuidar más las reseñas bibliográficas.
LA VIDA NUEVA
La vida
nueva. Dante Alighieri. Aquí el
poeta exalta a la “dama de sus pensamientos”, Beatriz. Amor cortés, culto, idealista,
divino. Es el amor “platónico” del joven que, enamorado por dentro, suspira por
la amada. El poeta piensa e imagina a su amada. Él la ve en su pensamiento. En
la cima más alta y luminosa contempla a su amada. Ella le da sentido a la vida,
a su vida, le transforma y eleva a esferas de éxtasis. Nada, salvo Beatriz,
ocupa la mente del apasionado poeta. Amor que va más allá de lo carnal. Amor
sublimado a la categoría divina, es decir, de la pureza más absoluta. Amor
intocable, perfecto. El amado desvaría de amor por la amada. No hay otro lugar
para Beatriz, el amor perfecto, que el cielo, donde mora en un estado seráfico.
Allí los ángeles se maravillan de su belleza y le honran como a una criatura que
les trasciende. La vida nueva es una
lectura que permite comprender la fuerza del amor humano, la carga poética del
amor cortés de Alighieri.
EL RAYO
QUE NO CESA
El rayo
que no cesa. Miguel Hernández,
como Claudio Rodríguez (El don de la ebriedad) es un maestro. El rayo que no cesa es una lectura
fundamental del siglo veinte. Porque “Este rayo ni cesa ni se agota: de mí
mismo tomó su procedencia y ejercita en mí mismo sus furores”. Dolor, quebranto
del alma, del “corazón ya maduro” es lo que hallarás en este tremendo poemario.
“Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor”. El poeta canta con
desgarro, con la fuerza de quien presiente la llegada de la muerte. “Y como el
toro tú, mi sangre astada, que el cotidiano cáliz de la muerte, edificado con
un turbio acero, vierte sobre mi lengua un gusto a espada diluida”. El rayo que no cesa es poesía
imperecedera, poesía viva que sacude los cimientos. Acercarse a ella como a un
templo para hallar al poeta al desnudo: “Me desespero como un si fuera un
volcán de lava”. En este poemario el lector se hallará con “una revolución
dentro de un hueso”, como si fuera un
mundo en un grano de arena blakeano. Hay que volver sin prejuicios a esta
obra para poder llegar al terreno de la mejor poesía de todos los tiempos. El rayo que no cesa es un espejo en el
cual deberían mirarse todos los poetas.
HORAS
EXTRA
Horas extra. Jaime Siles. Éverest Poesía. Universidad de León,
2011. Poesía para la solaz lectura, para el goce de la palabra nítida. Siles
exhibe su genio poético con destreza: “De mis ojos se escucha sonar el cielo”;
“voy hacia adentro de las horas y días de los que vengo”. Poeta de oficio,
consciente de su misión: “mi lengua era su habla y yo, quien la decía”, “no
somos otros sino un yo que se estira y contrae y refleja su visión sucesiva”.
La obra de Siles está construida con un “lenguaje de silencios”, por lo que es
preciso que el lector se acerque a ella con la intención de escuchar los más
sutiles relieves.
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