WISLAWA SZYMBORSKA, Amor feliz y otros poemas
Premiada con el Nobel de Literatura, 1996, Wislawa escribe una poesía sin fisuras, es decir con claridad meridiana. En la nitidez de la palabra, en mi opinión, estriba la belleza de su creación. Enuncia la verdad sin adornos. Su poesía se compone, al menos en esta traducción limitada de Gerardo Beltrán y Abel Murcia Soriano, de fragmentos de la vida cotidiana. Su poesía es experiencial. Su bello decir es la vida misma que se transustancia en versos libres de ataduras compositivas. No hay secretos en su obra, sino una constelación de humanos pensamientos que se están presentes en los humanos. La obra “Amor feliz y otros poemas” agudiza la mirada en las cosas que a diario nos influyen y que, con un poco de sutil genialidad, como la que tiene Wislawa, descubrimos un destello de la belleza más pura. «La casa se incendia / sin mí pidiendo ayuda […] Nunca más volveré a morir tan levemente/ tan más allá de mi cuerpo, tan sin saberlo, / como alguna vez en su sueño» (Tomando vino). «Mi alma es tan evidente como el hueso en la ciruela» (Paisaje). «Hijo de una mujer real. / Llegado de las profundidades del cuerpo. / Viajero a omega» (Nacido). «Que la gente que no conoce un amor feliz / afirme que no existe un amor feliz en ningún sitio» (Amor feliz).
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