martes, 31 de julio de 2007

H2O, Javier Vindel



Hambre elevada al cuadrado es igual a opresión. Eso es H2O, el título de este poemario de Javier Vindel publicado en Máxima, Tegucigalpa, Honduras, 1999.
H2O es una conspiración baudelairiana contra las bases sobre la cual está construida la sociedad hondureña. Este poemario es altamente agresivo y responde sobre todo a un hecho fundamental: a la idea del Bien y la Justicia.
En el trasfondo de la «realidad que desafía la realidad[1]» subyace el ojo crítico “original” de un hombre capaz de ver los ejes del mal por los que es atravesada la república catracha.
H2O nace como una reacción a la perversidad de una época carente de sentido. El poeta, mientras tanto, mira cómo sus contemporáneos frustran los más altos anhelos de un país que serpentea cuesta arriba en búsqueda de una nueva alborada: «¡Aún! No germina el sol sobre su enigma».
Vindel sabe lo que escribe y cómo lo escribe. Nada convencional. Nada lírico. Sus intenciones no son líricas, sino crítico-analíticas. Esto es, toma las palabras y con ellas el lenguaje adquiere tonalidades de propulsión, fuerza y dureza.
La poesía de H2O no es de salón, es para revolver el nido de las serpientes, para hacerlas revolcar sobre sus propias heces: «Escribir... significa patentar un alhelí de abretesésamos que tenga la niñez del alba».
Arriba dije que H2O es un libro de “conspiración” y lo es en este sentido: desenmascaramiento del mal. Sí, el poeta desenmascara la actitud perversa de los actores que articulan el drama social catracho de fin de siglo XX (recuérdese que el poemario fue publicado en el año 1999): «Los politichinelas / mamíferos alacranes cuando no proxenetas cívicos / ventrílocuos del sofisma».
Vindel actualiza la poesía del realismo social, pero con una aguda distinción: aquí no hay ideología política que la adormezca. En H2O hay coraje, bravura y dolor por la tierra herida. Un llanto profundo que atormenta la lúcida conciencia de un poeta vivo, despierto.
Vindel empalma con la tradición de poetas que han asumido la voz del pueblo, porque eso es lo que son en verdad los poetas: los que revelan los sagrados valores al común de los mortales, sea que yazgan -los sagrados valores- en el mismo pueblo, sea que pervivan en la cosmogonía del mismo.
La conciencia aguda de los problemas sociales que tiene el poeta Javier Vindel es producto de la ciudad. Esto es, la ciudad ha picado con su aguijón a un hombre que, no sólo no la analiza, sino que la procesa en el laboratorio de su creación. De aquí que Sara Rolla considere que este poemario contenga numerosos elementos experimentales. Y es verdad, pero con una matización: que Javier Vindel no busca como objetivo número uno experimentar con la poesía, sino expresar desde ésta la búsqueda de la utopía. Ciertamente, Vindel hace un uso creativamente rebelde de las palabras. Lo afirmo en el mismo sentido en que un volcán se apresta para erupcionar.
El pintor traza las formas, colorea, matiza, ilumina, sombrea hasta dar en el punto deseado. H2O es eso: un intento atrevido de la palabra por desvelar los nervios –las formas- que articulan a la verdadera sociedad. Que Vindel no lo logra, que fracasa, hay que verlo en los textos.
En general, Pablo Neruda, Miguel Hernández, César Vallejo (con España, aparta de mí este cáliz), Ernesto Cardenal, están en el telón de fondo de H2O. En particular, también lo están Roberto Sosa, José Adán Castelar, Marco Tulio del Arca, Jose Antonio Funes. Vindel da continuidad a la tradición de la poesía comprometida, no tanto en las formas como en la armazón secreta del libro.
H2O galopa a caballo entre lo real social y lo surrealizante. Las imágenes creadas por el poeta son intencionalmente grotescas, como en las películas de ficción. Juega mucho con las palabras, abstrayéndose poéticamente de la vívida pobreza, hambre y opresión del pueblo hondureño.
H2O es la síntesis de la personal y original visión de Honduras de fin de siglo veinte. Es, además, un retrato abstracto y surealizante, cuyo arte está en los colores y no tanto en las formas.
La poesía ha sido el cauce de H2O. Un trozo fílmico de crítica severa a la pobreza, a la injusticia y a las estructuras sociales dominadas por la falta de un ethos y de un sentido del otro y de los otros.
La poesía de Vindel tiene bilis –inyección que estimula a la poesía hondureña- y eso es precisamente lo que su época le dio. No es una poesía contestataria, sino la contestación necesaria de un “hijo de la ira”, para decirlo con la resonancia del Nobel español Vicente Aleixandre. Poesía adulta, áspera de masticar, cargada de sombra, espadas y visiones.
Valoración crítica: H2O es un libro con el cual Vindel intenta «lloviznar a favor del prójimo». Aparte de eso, el poemario hace gala de una gran imaginación, mas con un peligro: aboca al poeta al tremendismo antirretórico. Es un discurso antirretórico, antipoético. Dicho con más precisión, su poética es disidente. Por ello pone en riesgo el hallazgo poético, la belleza. El mismo poeta sabe de los límites a los que se expone cuando escribe: «juego ajedrez contra mí mismo».
En resumen: 1. H2O es un libro ingenioso, disidente, en su forma y en su metaforización. 2. El autor juega una partida de ajedrez, cuyo triunfo reside en la palabra. La palabra antipoética que desafía los credos literarios y a la realidad misma. 3. Confrontación aguda de los distintos actores sociales, políticos y religiosos, así como de ciertas actitudes humanas vacuas de la vida moderna. 4. No cabe duda de que H2O expresa sagacidad intelectual, viveza, creatividad expresiva y una enorme riqueza en lo que toca a la ingeniería del lenguaje. 5. H2O es una obra con luces y sombras, altos y bajos, mas siempre una obra de interés. Aparecen imágenes forzadas, poco lubricadas, dodecafónicas.
A mi juicio el poeta debería utilizar el género de la novela, el cuento –como hace con el libro de cuentos “Proyecto H”, o el ensayo para que sude bien la bilis, porque cualidades inocultables como la imaginación chispeante, el dominio perfecto del idioma, de la ironía y, en definitiva, de la palabra, requieren campos abiertos. Lo hecho, hecho está, pero falta la obra del poeta sosegado. H2O pone de relieve que el autor tiene el genio, el carácter de los grandes poetas.

San Pedro Sula, Honduras, 10 de octubre, 2005.
[1] A partir ahora las comillas angulares responden a versos de H2O.
Proyecto "H" es, a mi juicio, el terreno más fértil del escritor Vindel.
Escribe como piensa y piensa la realidad que mira y la zazona con soltura. Su prosa es sabrosa, más que la poesía de H2O.

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Localización tierra natal, República Dominicana