domingo, 26 de abril de 2009

SALLY RODRÍGUEZ, poeta interiorista

María del Carmen Rodríguez Luna (Sally Rodríguez), Moca, República Dominicana, 1957. La poesía de Sally está impregnada de un lirismo sensual, cuya belleza brilla por sí sola. La juventud, deslumbrada por la tersura de los cuerpos, persigue el fuego que los consume de goce.

El placer, canta Jorge Manrique, “da dolor”; en Rodríguez Luna, el ansia de perpetuar la llama ardiente, produce “desolación”. Es esto, precisamente, lo que impulsa a nuestra poeta a una reflexión más profunda –ahí reside su aporte interiorista- con el objeto de hallar sentido, a veces en lo espiritual, a sus vivencias de mujer.



Luz de los cuerpos

Hoy
cerré los ojos y vi
una mujer ahogada
en paisaje encendido
El vuelo blanco sentí
de garzas en mis senos
Las voces de la mañana
se levantan
una muchacha corre
con un silencio florecido
en las entrañas.

Y los adolescentes se arrodillan
ante la luz de sus cuerpos

Hoy
no quiero morir
El tiempo resbala
en el cristal
y resbala en la luz.


Las palabras se apagan

Un por qué atravesado en la angustia
un por qué en mis labios
Las palabras se apagan
No hay respuestas en esta inmensidad
las manos están solas
y el agua limpia se escapó
Por qué estoy aquí otra vez
Las mariposas blancas se fueron
y la mirada se perdió en la tierra

¿Por qué se robaron la lluvia
que mojaba mi casa blanca
el río que corría hacia otro río
el verde de los recuerdos
y la mirada tibia?

Tengo un por qué atravesado en la angustia
No hay respuesta en esta inmensidad.


Mujer

Ven que soy espuma
y puedo darte claridad
Puedo darte mañanas de cantos campestres
de pequeña flor que corre por el río
con risa transparente
Puedo amarte así
como ensueño de mariposas

Puedo ser piel y tibieza
puedo darte la noche que guardo
y viento que envuelvo
más allá del silencio
Puedo darte toda mi piel y mi hondura
soy el agua brava del río
soy la noche la noche
las tres de la madrugada y el fuego

Romperás mi vestido
y conocerás
el fondo de mi profundidad
más allá de la piel


Flamboyanes muertos

Flamboyanes muertos
me rodean
Voy hacia el adiós
profunda nada
No sé qué hacer
con estas flores
desnuda llorando
Y sin embargo
abrazando mañanas
que me quieren llevar
hacia el abismo

En esta soledad de pétalos
donde fue paisaje rojo
no quiero el vacío
La mirada fija siempre
y sin hablar
y entre mis dedos
la humedad
Flamboyanes muertos
me rodean


Noche

Estoy al final de la noche
una espantosa belleza
me hiere
Es demasiado
para mis ojos
que morirán mañana
Estoy llorando
por no saber qué hacer
con el presuroso río
y esa luna clavada
en su soledad.


Paisaje de imposible dolor

En esta tarde poblada de piedras
camino sola con mi memoria
indiferente
alucinada
No quiero ser más que la que soy
Vivir es una palabra verde y mojada
que tiembla en mis noches
y es este mundo
que se quiebra en mi garganta
mientras sola
apoyo la mirada
alucinada y fría
en aquel paisaje de imposible dolor.


Una sonrisa sin tiempo

Desde tu cuerpo
una sonrisa sin tiempo
y más allá de tu sonrisa
la lluvia
Tengo un presentimiento
mojado de auroras
son estas horas oscuras y frescas
sin memoria
desnudez
de nacer
en este instante verdeoscuro
profundamente húmedo

Tenemos que nacer ahora
en esta luminosidad sin horas
de nuestros cuerpos


Vacilante estela

El ser se desmorona en espantos
atraviesa los espacios
el miedo
Respiro clorofila y tierra
De un golpe el corazón salta
Oh Dios y abre los brazos en medio
del océano y la música
Tú eres Dios el océano la música
yo soy el miedo
Mira la vacilante estela
Aún lloro
aún tengo abiertos los brazos
y los ojos cerrados buscándote


Garganta en vuelo

Ojo que gime
garganta en vuelo
medita y esculpe la tristeza
creciente de los días
¿Cómo recoger ahora mis días
yo que estoy tan invisible
y sin cuerpo?
¿Cómo podrían nacer ahora de esta muerte
y recoger la luz si estoy sin ojos?
Un viento llega
abra las ventanas
¿Cómo me tocará
si estoy sin alas?


El humo de mi voz

Hacia el humo fluyó mi ser
casi sin voz
Sólo la sangre aún persiste
como un hilo que no cesa
y aún llama
Mas Dios
Él viene a mí
desata olor y viento
la mansedumbre de los rostros
la estela sigilosa de unos pies
húmedos que regresan


Ritual de luz

Levantarse
y dejar que circulen los ángeles
en un ritual de luz
Esparcir la primera oración
en cada hoja y su sombra
Rasgar el olor de la lluvia
Alzarse nuevo
en vaporosos cálices
Despertar el silencio está adentro
y con la vida late


Abierta está la noche en mí

He vuelto a mi ventana y a la noche
a enroscarme hacia dentro
Ya no pienso
pero existo sí en pobreza
de labio que ha callado

¿Quién fue golpeado
quién rueda reducido a un llanto?

Abierta está la noche en mí
Yo me cierro y contengo
el oleaje que me devuelve siempre

Oh Señor
abriré esta ventana
para que salgan los pájaros


Aguas íntimas

Sentada al borde de mí
dejo que nazcan lotos
pensativos
ligeros
en mi oscura corriente
En el abismo interior
mis dos caras se enfrentan
y oigo el ala de mi risa
despeñándose

Sentada al borde de mí
abro mis manos
para acoger un poco
el tierno perfume
de Dios

El agua que soy late
humanamente
en lo profundo está abriéndose
en lo más íntimo
enamorada.


Bibliografía activa: Luz de los cuerpos, Santo Domingo, 1985. Diálogos sin cuerpos. San Francisco de Macorís, Ed. Ángeles de Fierro, 2003. Una mujer está sola (Antología Aída C. Portalatín), San Francisco de Macorís. Ed. Ángeles de Fierro, 2005. Milagro de jueves (Antología Centro de la Cultura de Santiago) San Francisco de Macorís, Ed. Ángeles de Fierro, 2005.

Bibliografía pasiva: Alberto Baeza Flores: Los poetas dominicanos del 1965, Sto. Dgo., 1985. Manuel Mora Serrano, Listín Diario, R. D., 10 junio, 1985. Miguel Collado: Apuntes bibliográficos sobre la literatura dominicana. Sto. Dgo., Biblioteca Nacional, 1993, 169, 184, 235; Cándido Gerón: Diccionario de autores dominicanos, 1492-1994. Sto. Dgo., Ed. Colorscan, 1994, 304. Alexis Gómez Rosa: Revista Surgai, Bilbao, España, dic. 1995, 40-41. Bruno Rosario Candelier: El Movimiento Interiorista. Ateeo Insular, R. D., 1995. Frank Moya Pons: Bibliografía de la literatura dominicana. Sto. Dgo., Feria Nacional del Libro, 1997, 372. Emelda Ramos: Vibraciones de Monet en la poesía de Rally Rodríguez. El Siglo (Coloquio) 24-03-1996, 6. El Siglo (Coloquio) 17-02-1990, 10. Bruno Rosario Candelier: El Interiorismo. Ateneo Insular, R. D., 2001. Julio Jaime Julia: Antología de poetas mocanos. Voces del Valle: Antología de escritores del Cibao, Ed. Ferilibro, Sto. Dgo., 2005. Bruno Rosario Candelier: El Ideal Interior, Ateneo Insular, R. D., 2005. José Alejandro Peña: Las Pelucas Delirantes, Virginia, E.UA., 2005. José Alejandro Peña: Las Pelucas Delirantes: la poesía de la generación 80 dominicana. Virginia, E.U.A., 2006. Franklin Gutiérrez: Evas terrenales, bibliografías de 150 autoras.

Bibliografía Internt
http://www.periodicoelfaro.com.do/1118/arsenio.html

1 comentario:

Rosa Silverio dijo...

Impresionante estos poemas. Me gustan muchísimo. Desde que leí un libro de Sally en 2002 quedé prendada de la belleza y hondura de su poesía y estos poemas realmente me han impactado, me han llegado en lo más hondo, tanto que no podía dejar de comentar.

Compraré su libro que está a la venta en Internet.

Un abrazo grande y recuerde cuando venga avisarme.

Localización tierra natal, República Dominicana