miércoles, 16 de mayo de 2007

Entrevista a Franklin Gutierrez, escritor y ensayista dominicano.








Nueva York, 12 de Febrero de 2004.



— Franklin, ¿cómo surgió la brillante idea de hacer un Diccionario de la Literatura Dominicana?



R/ La idea surge porque, estoy casi seguro, la República Dominicana, es prácticamente el único país de habla hispana que no tiene un diccionario de literatura que la represente. Entonces, el hecho de vivir fuera del país durante muchos años y el estar ligado al mundo académico, también me ha hecho ver la necesidad de un material de esa naturaleza. No lo concebí como un diccionario de autores porque no era el proyecto que quería ni tampoco de escritores, sino de literatura. En él no solamente trato a los autores con sus notas bibliográficas y sus referencias de obras publicadas y lo que se ha escrito sobre ellos, sino también un recorrido panorámico de lo que es la literatura dominicana desde sus orígenes hasta hoy.



— ¿Cuáles son las características principales de este diccionario?



R/ Yo diría, en primer lugar, que es el primero que se hace en el país. No hay una tradición en ese sentido. Lo que más me ha interesado ha sido el mostrar la bibliografía pasiva de lo que se ha escrito sobre los autores, porque cuando los autores, investigadores y los estudiantes que buscan referencias de literatura y nunca las encuentran. Y ahí sí hay una unas 8.500 entradas bibliográficas, a través de las cuales la gente se pueda enterar. Esa es una parte. La otra es terminológica. En ella se cuenta todo lo que es la historia de la literatura dominicana. Entonces esa parte le servirá a la gente como material de referencia obligatoria prácticamente en lo que tiene que ver con la historia de la literatura dominicana.



— Quedan insinuados los destinatarios de tan importante trabajo, pero ¿a quién específicamente va dirigido este diccionario de historia de la literatura dominicana?



R/ Está diseñado para todos los niveles, tanto para estudiantes, académicos, investigadores y amantes de la literatura, en sentido general, que quieran tener conocimiento sobre esa área.



— ¿Cuál es el objetivo último de este laborioso trabajo?



R/ Dotar al pueblo dominicano, en primer lugar, y en segundo lugar a las comunidades latinoamericanas y, finalmente a los estudiantes –que tanto lo necesitan- a investigadores de una fuente de información en la que ellos puedan encontrar una historia de la literatura dominicana, que se ha diseminado durante más de un siglo y medio sin encontrar un documento donde se pueda acudir sin tener que ir a cincuenta, sesenta o setenta libros para reunir información. De modo que, en ese documento, en ese diccionario, está reunida toda esa historia. Y toda esa referencia bibliográfica al mismo tiempo.



— A sabiendas de que es difícil hacer un juicio de valor sobre una obra que uno mismo hace –en este caso tu diccionario- ¿podrías darnos tu valoración?



R/ Para mí, como bien dices, es muy difícil valorar. Lo que sí puedo decir es que es un trabajo al que le dediqué doce años de labor intensa y lo he hecho tratando de corregir miles de errores bibliográficos de nuestras fuentes principales para tratar de dar a la gente, al lector, un material limpio, un material confiable, un material al que pueda uno llegar con confianza.



— Tú dijiste que no había antes en la República Dominicana un diccionario de esta categoría, no obstante, ¿hubo alguna vez un intento de cotejar documentos para un diccionario como el que presentas hoy al público?



R/ Existe un diccionario de autores dominicanos, hecho por Cándido Redón, pero es un diccionario en el que va todo el que ha publicado un libro, porque es de autores. No está clasificado ni es de literatura, sino de autores, desde los libros de literatura hasta los de matemáticas. En este orden, Miguel Collado ha hecho bastante trabajo de recopilación de fuentes bibliográficas. Pero lo que es el concepto de diccionario en sí es la primera vez que se trata, porque en nuestro medio se entiende que un diccionario de la literatura es un diccionario de escritores y de autores, pero no es así. El diccionario de autores es de autores, el de escritores de escritores y el de literatura envuelve todos a la vez.



— ¿Qué repercusiones ha tenido entre los intelectuales el diccionario?



R/ Todavía yo no puedo hablar de repercusiones porque, en realidad, el libro ni siquiera está circulando en la República Dominicana todavía. Yo voy ahora el día 4 de marzo a ponerlo a circular. No quise dejarlo circulando ahora cuando estuve allá en enero pasado porque quiero hacer un acto más o menos decente, ¿no? Y aquí en Estado Unidos, aquí en Nueva York, específicamente, la recepción ha sido muy, muy positiva. La gente está ya interesada, muy interesada en él, porque en realidad es un material que les puede ser útil. Especialmente a la gente que le interese conocer nuestra literatura.



— Quienes te conocemos sabemos que eres un hombre multifacético, sobre todo en el ámbito de la creación intelectual, ¿tienes un nuevo proyecto con el cual nos puedas sorprender?



R/ Ahora estoy terminando otro proyecto de diccionario, pero éste más ligado a lo que es la teoría literaria como fuente de conocimiento, o sea, es un glosario de términos literarios de uso común que se usará para estudiantes de educación superior y universidades. Recoge los principales términos de lo que es la teoría literaria, aplicados a otros conocimientos de la misma literatura, a otras áreas.



— ¿Tienes contemplado para cuándo estará terminado ese nuevo trabajo?



R/ Terminado está, lo que no está es publicado. Pienso que lo podré publicar para mediados de año.



— Sabemos que te dedicas a divulgar los valores dominicanos, no solamente por medio del papel impreso, sino también a través de la web: Escritoresdomiccanos.com, ¿qué nos puedes decir de esa página?



R/ Esa página me llena cada día de satisfacción porque recibo con frecuencia muchos correos electrónicos de la gente de todos los niveles y de muchos países, dando las gracias por una página como esa y felicitándonos por el trabajo que estamos haciendo. Entonces, siento que está teniendo mucha acogida, que está llegando a muchos lugares y que está supliendo una necesidad que realmente es muy importante. Lo lamentable de todo esto es que no se cuanta con apoyo oficial ni de ningún tipo. Es un trabajo que, como tengo que hacerlo solo, a veces me toma incluso tiempo preparar material para ponerlo en la página. Pero sí he recibido mucho estímulo de mucha gente que valora el trabajo.



— Sabemos que hay una presencia cada vez más notoria de la literatura hispana en los Estados Unidos, ¿cuál es tu opinión específicamente de la literatura dominicana?



R/ La literatura dominicana en los Estados Unidos está tomando mucho auge. Yo, contrario al pesimismo que tiene mucha gente, soy muy optimista. Yo acabo de dictar un Seminario en la Fundación Global Democracia y Desarrollo en la República Dominicana, en el que hemos hecho un estudio panorámico desde 1900 hasta hoy de todo lo que es la literatura dominicana en los Estados Unidos. Incluso tuvo tanto impacto ese trabajo allá, que van a publicar las ponencias en un libro, me imagino, que para mediados de año. Acá se está trabajando mucho, ya no se trata solamente de poetas y novelistas, pues tenemos gente trabajando en el campo de la historia, de la sociología y de la investigación y publicando libros en todos esos órdenes. De modo que hay que tomar en cuenta que la inmigración ha cambiado mucho. Ya no solamente están inmigrando los obreros, los trabajadores y la gente del campo, sino personas formadas. Eso ha contribuido también a que, gente que comenzaron a escribir en la República Dominicana, sigan haciéndolo acá. Muchos que estudiaron y se formaron acá están trabajando lo que es la sociología, la historia y el desarrollo de la comunidad dominicana desde el punto de vista ensayístico.



— Por otra parte, ¿hay cohesión entre los intelectuales dominicanos en los Estados Unidos?



R/ La cohesión es difícil en todas partes. Los escritores tienden a dividirse en sectores ideológicos, a agruparse a veces por razones políticas. Es difícil lograr cohesión. Lo que sí yo sé es que, al momento de hacer grandes cosas, como participar en congresos u organizar eventos de esa naturaleza, generalmente nos encontramos todos, nos damos un abrazo y seguimos trabajando.



— De los jóvenes creadores en los Estados Unidos ¿cuáles te parecen que son un potencial?



R/ Uno de ellos es, evidentemente, José Acosta, Pedro Antonio Valdez, que se fue hace ya un par de años, pero que hizo una buena producción acá [Nueva York]. Entre los jóvenes que no han publicado libros, está Rubén Sánchez, un cuentista interesante. Hay también algunos jóvenes que están agrupados al sector que organiza Diógenes Abreu del grupo Palabra Expresión. En la misma academia hay muchachos que han comenzado a escribir en inglés. Hay un gran movimiento. Creo que hay mucho futuro. Dentro de no mucho tiempo de comenzará a producir literatura en inglés que ya arrancó con Julio, Maritza, Alexis y con otro grupo más.



Finalmente, ¿cómo anda la literatura escrita por mujeres dominicanas en los Estados Unidos?



R/ Yo creo que la producción va paralela. Hay mucha gente escribiendo. Muchas, muchas. Dinora Coronado, Marianela Medrano, Anexi Báez, Angy Cruz, Irene Santos, Inoemia Villar, Loida Maritza Pérez. Es un grupo bastante significativo, cuantitativa y cualitativamente.



Fin.

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