jueves, 21 de agosto de 2008

OCTAVIO PAZ

Hasta que no conoces las obras completas de un autor, hasta que termina su ciclo vital de producción y su existencia, como es el caso del célebre Nobel de Literatura, Octavio Paz, no te das cuenta de los hilos que, secretamente, insconscientes muchos, movieron sus ideales y sus inquietudes intelectuales. A mí me gusta mucho el poeta de "Árbol adentro" y de "Piedra de sol", pero me gusta más el poeta ensayista, el de "La casa de la presencia", el de "Excursiones / Incursiones", el de "Fundación y disidencia" y el de "Ideas y costumbres". Es en las obras ensayísticas en donde O. P. es genial. Insuperable es el "Arco y la lira", "Llama Doble" y los ensayos políticos. O. Paz discernió todas las ideologías del siglo veinte, las cuestionó a tiempo y a despiento. Con una salvedad: que nunca se apartó de la literatura y, en concreto de la poesía. En este sentido su pensamiento fue la mejor herramienta en favor de la democracia. Tuvo una visión del mundo, y digo bien, muy exacta, bastante objetiva. En sus obras habla de la India, China, Rusia, EUA o de Hispanoamérica como si estuviera leyendo la palma de sus manos. Ni progre ni conservador, ni cínico ni mosca muerta. Es un extraño ser con intuiciones lúcidas y deslumbrantes. No le echa agua bendita al liberalismo ni al mercado -como hace Vargas Llosa, para quien todo vale y todo sirve, o como hace Andrés Oppenheimer en "Cuentos Chinos"-, sino que conoce bien la debilidad del sistema democrático, el mejor, aunque vulnerable, de todos los sistemas de organización política. Esto es más evidente cuanto más lo comparamos con los sistemas fundados en ideologías o en dictaduras. Como libre pensador cuestionó la jerarquía de la Iglesia, caso evidente es el tomo dedicado a Sor Juana Inés de la Cruz, y aunque no confesó tácitamente el credo cristiano católico, tampoco hizo gala de agnóstico o ateo, al contrario te deja abierto el camino de la trascendencia, del mundo divino, el mundo de Dios. Pero O.P. era más un hombre de la tierra, de los hombres. Un humanista que pasó por el mundo desfragmentando "ideas y costumbres", despertando a los intelectuales dormidos en los laureles o encriptados en ideas cuyo santo es Maquiavelo. Me queda el regusto de saber que O.P. es uno de los escritores más aunténticos que he leído y sigo leyendo.

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Localización tierra natal, República Dominicana